Fue dirigente de Talleres por 20 años antes de vincularse. Contó con el aval de la familia Farías para ser su actual titular.
Eduardo Asinardi no es nuevo en «el fútbol de los barrios». Antes de ser presidente de Escuela Presidente Roca, fue dirigente de Talleres por 20 años. Acompañó procesos exitosos que le permitieron al primer equipo lograr el ascenso a Primera, ser campeón de Copa Conmebol y jugar por primera vez la Libertadores y la Mercosur, aunque el costo fue imposible de afrontar y el club se fue a la quiebra.
Luego, Asinardi se vinculó al «Panza Negra» por un hecho familiar, se hizo directivo y tras cumplir dos mandatos como vicepresidente fue ungido por los hermanos Emeterio y José Farías, los referentes históricos de la directiva del club, para asumir como titular del club, hace unos meses.
«Después de haber sido vicepresidente por dos períodos, la familia Farías decidió darme un voto de confianza para administrar la institución desde la presidencia. La gente del club me impulso y me convencí que era mi oportunidad de demostrar mi capacidad dirigencial ya que llevo casi 30 años como dirigente deportivo. Ya que estuve mas de 20 años en Talleres y, actualmente, soy asambleísta del club», dijo a La Voz.
«Primero tuve un sobrino que jugaba en el club; después, fue mi hijo y actualmente mi nieto. Arranqué colaborando en las divisiones inferiores del club y así fui ingresando en la institución. Estoy tratando de llevar lo que aprendí, ordenadamente, en Escuela. Hay que administrar los recursos de la mejor manera, hacer obras y mejoras que queden para el club. Más allá de lo deportivo. Al ser un club de barrio y de apertura para la sociedad, sobre todo los niños, lo que uno anhela es el mayor acercamiento de la gente. Del barrio al club y del club al barrio», afirmó Asinardi.
