Gamilo Gamron, hincha albiazul y estudiante de periodismo deportivo, fue testigo presencial en el estadio de Cerrlo Porteño de Paraguay las sensaciones que experimentaron los matadores en una noche inolvidable.
La hinchada albiazul, luego de la obtención de la Supercopa Internacional festejó en las tribuna del Estadio La Nueva Olla de Asunción con mucha emoción, recordando todo lo sufrido estos últimos años y lo esquivo que fue para Talleres llegar a un título nacional.
Hubo muchos aplausos y ovaciones para los referentes de este plantel como Guido Herrera, Gastón Benavidez y «el Sicario» Juan Carlos Portillo. Los hinchas matadores festejaron en las tribunas con el sentimiento a flor de piel y estuvieron en lso dos sectores de tribunas que le asignaron hasta 45 minutos después de concluido el partido contra River.
No se querían, estaban como dispuestos a retener cada imagen de esa noche inovidable.
Sobró la emoción, hubo muchos recuerdos por las finales perdidas, aplausos y ovaciones para «Bebelo» Reynoso y Nahuel Bustos -los jugadores que se formaron en el club y que integraron el equipo anoche- e interminables abrazos. incluidos los que se dieron los hinchas matadores subidos a la alambrada del estadio.
Fue emocionante también verlo a Andrés Fassi bajar desde un palco y abrazarse con los hinchas, y muy tocante el momento en que antes de que los futbolistas se subieran al ómnibus que los llevaría a abordar el charter de regreso a Córdoba, el presidente albiazul se estrechó en un sentido abrazo con Guido Herrera, el capitán y emblema de la «T».
Lo único para lameantar en los festejos posteriores al partido fue el excesivo celo de la policía paraguaya, que arrojó gas pimienta a un grupo de hinchas que festejaba en las próximidades del estadio, pero fue un hecho que no llegó a empañar lo que más importaba: que Talleres por fin era campeón de un torneo nacional, lo que venía esperando desde 1978 en aquella malograda final contra Indepediente.
Una trayecto de 47 años que parecía interminable, con muchos idas y vueltas, que anoche, por fin, llegó a su fin.
Foto y texto: Camilo Gamrom.