El superclásico estuvo a flor de piel en un Kempes que reventó. Ganaron el xeneize y la economía. Solo en hotelería y gastronomía se llegó a $ 2.200 millones. 43 aviones llegaron el domingo a la mañana.
El River-Boca, en el Kempes. Quién nos ha visto y quién nos ve. No importa que se siga viendo lejos más allá de aquella remodelación de 2010 que acercó populares y levantó la platea Gasparini. Aún hay arquitectos que propusieron bajar el campo para hacer un anillo más chico y cercano a la cancha. Para ser mundialistas en 2030.
No nos importa nada. No es cuestión de sacarle el cuero al ex Chateau que inicialmente se hizo con formato alemán sino que se trata de sentirnos como el pupo del mundo. Es el superclásico en Córdoba. Sí, sí, en el Kempes. “El partido” de los porteños, acá. Con ambas hinchadas, como en Buenos Aires no se puede hacer o no se quiere.
Como acá si se hace. Con nuestros clásicos entre Talleres y Belgrano más los que se recuperaron con la vuelta de Instituto, a la Liga. Y en el verano, cuando se suma Racing.
Reventó el estadio con 60 mil almas, ocuparon hoteles, hospedajes, casas de familiares y amigos. Se vinieron de allá, de acá, del interior; en bondis, autos, combis, a pata, bici. En lo que fuera.
Los y las más pudientes llenaron el Aeropuerto: 43 aeronaves privadas, comerciales y oficiales, el domingo a la mañana, marcaron un récord que dejó atrás aquel de la final de la Copa de la Liga Profesional entre Boca y Tigre.
“Entre gastronomía y hotelería, hubo un movimiento de 2.200.000.000 de pesos. En movilidad, que es más difícil, se duplicó. Se vio en 79 países. Fue importante para Córdoba”, indicó Darío Capitani, titular de la Agencia Córdoba Turismo.
Y más números. La recaudación aproximada fue tres millones de dólares y la reventa anduvo por ahí.
Estuvo Claudio Tapia, mandamás de Liga y AFA; bien secundado por los dirigentes de Instituto, Belgrano y Estudiantes, los de mejor relación. Ni cerca Talleres, ya que Fassi es contra.
Se vino Román, el presidente xeneize Juan Román Riquelme, su mate, y el cuestionado Consejo de Fútbol; el de River, Jorge Brito y los suyos…Guillote Cóppola que es parte del establisment del fútbol y parte de Torneos, la empresa que produce los torneos satélites como Copa Argentina.
En las populares, la barra brava. Los Borrachos y la 12, más sus internas y las nuestros. Belgrano y Talleres, apoyando a River y a Boca, respectivamente. Hubo secuestros de bebidas, drogas y armas, antes de llegar a la ciudad.
Sí, todo el circo, vino para acá. O casi todo.
Hubo previas….Abajo del puente de Circunvalación y en los vados, ja. Muchos y muchas dobles camisetas.
Como si fuera allá, pero acá.
De este lado de la General Paz.
¿Es una razón para creernos únicos, como ellos? Sí para decir que todo se puede hacer bien. O que se intenta. Qué lindo fue ver como muchos de esos tipos que ves en las grandes cadenas de TV o grandes influencers se cagaban de risa del campo de juego y abrían interrogantes sobre un pasto que recién había sido resembrado, sin saber que luciría como lo hizo este domingo, impecable.
Hasta salió en los programas de chimentos.
Encima, el espectáculo fue atractivo, desde el inicio, siendo que en finales como ésta se especula todo lo que se puede. Fue 3 a 1 a favor de Boca con los dos goles de Miguel Merentiel y el de Edinson Cavani, pero pudo ser de River cuando se adelantó vía Miguel Borja.
Boca fue feliz y Román bajó a la cancha; River, se fue sin problemas y todos se enojaron por lo que tardaron en salir. Como pasa cada fin de semana.
El circo va a volver. El de Boca, en pocos días, ya que jugará ante Estudiantes de la Plata, en el Kempes, ¿el martes que viene.
¿Y la final? Tranquilos. Irá a Santiago del Estero. La billetera fue más grande que la del Gobierno de Martín Llaryora.
No durmieron la siesta, pero ya no habrá Boca-River en el madre de Ciudades.
Ya fue acá y Córdoba vivió la fiesta y dio la talla.